En 1887, la croqueta francesa fue introducida en Japón. Se cree que las korokke con puré de patatas fueron inventadas porque la tecnología de procesamiento de lácteos no se había popularizado aun en Japón en esa época.
Las korokke son un plato tan popular en Japón que hay pequeñas tiendas donde son todo lo que venden, también están disponibles en tiendas de conveniencia -los omnipresentes konbini– y supermercados. Muchas carnicerías las venden recién fritas para los clientes.
Podemos encontrarlas en una gran variedad de sabores: con verduras, carne picada o marisco. En algunas partes de Japón tienen su propia variedad de korokke con los ingredientes locales más representativos de la región.
Las korokke son aderezadas con un tipo de salsa llamada tonkatsu, siempre la encontraremos en la mesa o barra del local donde las sirvan.
Ya sabemos que los japoneses dan mucha importancia a la etiqueta a la hora de comer, si comemos las korokke en un restaurante, utilizaremos los palillos para cortarla en trozos del tamaño de un bocado para comerlas. Menos elegante, también es aceptable coger la pieza entera con los palillos y tomar un mordisco. Si por el contrario la compramos en un puesto ambulante, las korokke vendrán envueltas en un papel, así que podremos comerlas con las manos.
Para esta receta vamos a utilizar calabaza, en Japón llamada kabocha. Las kabocha korokke son muy populares, esta variedad podemos encontrarla en cualquier tienda o restaurante.
Ingredientes para 2 personas:
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500 gr de calabaza
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1 cucharadita de aceite
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250 gr de ternera picada
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1/2 cebolla picada
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1/2 cucharadita de sal
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pimienta negra al gusto
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harina
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huevo
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aceite para freír
En primer lugar pelamos y cortamos en dados la calabaza. en una olla con agua hirviendo la ponemos a cocer hasta que esté blanda. Una vez blanda la machacamos con un tenedor hasta conseguir un puré.
Por otro lado en una sartén salteamos la carne de ternera con un poco de aceite, cuando la carne se dore añadimos la cebolla bien picada y volvemos a saltear durante unos minutos hasta que la cebolla se vuelva transparente, salpimentamos.
Una vez lista la cebolla y la carne la mezclamos con el puré de calabaza y dejamos enfriar.
Cuando la mezcla esté fría la dividimos en 8 partes y con estas hacemos bolas. Dejamos las bolas en la nevera durante al menos una hora para que la masa se compacte.
Pasado ese tiempo las cubrimos con harina, las pasamos por huevo batido y luego las rebozamos con panko.
En una sartén profunda con bastante aceite y con este muy caliente, freímos las korokke hasta que estén doraditas y finalmente, las servimos con un poco de salsa tonkatsu.