Hace unos años cuando vivía en el barrio del Raval, era muy aficionada a la repostería filipina, allí hay tiendas en las que se puede encontrar y os aviso, los dulces filipinos están realmente buenos. Además creo que son unos grandes desconocidos.
Para su elaboración utilizan ingredientes como la leche de coco, la harina de arroz, la leche evaporada, el pandan y un ingredientes esencial: el ube, sabor representativo de la cocina de este país.
El ube es un tubérculo similar a un boniato pero de color violeta, es originario de Filipinas y tiene un sabor dulce y suave. Al ser morado, transfiere a los platos un maravilloso y vistoso color violeta.
El ube podemos encontrarlo fresco, o sea el tubérculo o la pulpa ya cocida y congelada, también en un líquido concentrado ya listo para añadir a la masa de nuestros pasteles. Yo prefiero utilizar el ube fresco, pero si no lo encuentras o no tienes tiempo de prepararlo, el concentrado de ube y la pulpa de ube congelada van muy bien.
Se pueden preparar un sin fin de pasteles y postres con ube, yo he elegido estas galletas crujientes con ube y azúcar glacé. Que no os engañen, el interior es super tierno y jugoso.
Para preparar estas galletas azucaradas de ube, primero tenemos que hacer una especie de pasta dulce llamada halaya, que puede utilizarse como mermelada/gelatina o añadirla a la masa de muffins o bizcochos.
El ube halaya se prepara con ube cocido, leche condensada, leche evaporada, mantequilla y vainilla. Una bomba azucarada!
Ube
El ube halaya será el primer paso para nuestras galletas azucaradas de ube, aquí tenéis la receta:
UBE HALAYA
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1 kilo de ube
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1 lata de leche evaporada
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2 latas de leche condensada
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1/2 taza de mantequilla
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1/2 cucharadita de vainilla
En una olla, hervimos el ube sin pelar a fuego lento durante 30 minutos. Escurrimos y dejamos enfriar. Una vez frío lo pelamos y rallamos finamente, reservamos.
Calentamos un wok grande a fuego medio y en este derretimos la mantequilla, agregamos la leche condensada y la vainilla, mezclamos bien.
Añadimos entonces el ube rallado sin dejar de remover y bajamos el fuego al mínimo.
Seguiremos removiendo los ingredientes durante unos 30 minutos o hasta que la mezcla se vuelva pegajosa y haya perdido prácticamente todo el líquido. Es importante remover todo el tiempo la mezcla para que esta no se nos pegue.
Cuando consigamos la textura que necesitamos agregamos la leche evaporada y continuamos mezclando durante otros 15 minutos. Luego la dejaremos enfriar.
Para hacerla suave y sin grumos, podemos pasarle la batidora a alta velocidad hasta lograr la suavidad perfecta.
El ube halaya podemos almacenarlo en un frasco de vidrio que se haya lavado y esterilizado a fondo y mantenerlo entre una semana y diez días en el refrigerador.
Seguimos con la segunda parte de nuestra receta de galletas, para la masa necesitaremos:
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3/4 taza de azúcar
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1/4 taza de aceite vegetal
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1 huevo
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2 tazas de ube halaya
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2 cucharaditas de extracto de ube
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2 tazas de harina
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1 1/2 cucharadita de levadura en polvo
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1/4 cucharadita de sal
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colorante violeta, opcional
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1/2 taza de azúcar glasé, tamizada.
En un tazón grande, mezclamos el azúcar y el aceite vegetal. Agregamos el huevo y batimos hasta que esté espumoso y el color se vuelva pálido.
Agregamos el ube halaya y el extracto de ube y volvemos a batir hasta que estén bien mezclados.
Gradualmente vamos añadiendo la harina, la levadura y la sal. Mezclamos usando una espátula o una batidora eléctrica con accesorio para masa. La masa será muy pegajosa.
Añadimos el colorante violeta si queremos, para lograr un color morado intenso, este paso es opcional.
Cubrimos y refrigeramos durante al menos 4 horas o durante toda la noche. Para hornear las galletas cogemos una cucharada de masa fría y la rebozamos en azúcar glasé hasta cubrirla por completo.
Vamos colocando cada bolita de masa en la bandeja para hornear al menos a una distancia la una de la otra de 5 cm.
Horneamos a 175 grados durante 10 o 12 minutos.
Retiramos del horno y dejamos reposar las galletas durante 1-2 minutos para luego transferirlas a una rejilla para enfriar.
Viendo el color de la galleta nadie diría que es de origen natural 🙂